miércoles, 29 de abril de 2015
martes, 28 de abril de 2015
domingo, 26 de abril de 2015
lunes, 20 de abril de 2015
domingo, 12 de abril de 2015
martes, 7 de abril de 2015
CRUCERO 2015 DESTINO A BIZANCIO.
CRUCERO MAYO 2015
Un mar de dioses y pensadores
Exposición en el Caixaforum de Madrid. / Máximo García
de la Paz
El
Mediterráneo, considerado en el mundo antiguo como el centro del universo, es
el mar que más imperios y civilizaciones ha visto. Casi aislado de gigantescos
océanos, baña las costas de Europa, Asia y África y allí nacieron culturas que
transformaron la forma de relacionarse con el mundo como Próximo Oriente
antiguo, Grecia y Roma. La
exposición Del mito a la razón, en Caixaforum Madrid, hasta el 5 de enero, ofrece un fantástico y
didáctico viaje por un mar plagado de tesoros como el nacimiento de la
Filosofía o la creación del espíritu europeo.
Pedro Azara, profesor de Arquitectura en Barcelona, ha organizado una exposición en la
que se definen las influencias esenciales de la cultura antigua (siglos VI a.C
y IV d.C) hasta nuestros días. Para ello ha reunido 165 piezas prestadas por 32
instituciones, en su mayor parte de Grecia e Italia.
Una cita de Albert Camus, el gran defensor de la cultura mediterránea, sirve de arranque por el minucioso recorrido expositivo: "Es el único que se encuentra con todos los pensamientos orientales. No es clásico y ordenado, es difuso y turbulento. Lo mismo que el sol mediterráneo es el mismo para todos los hombres, el esfuerzo de la inteligencia humana debe de ser un patrimonio común y no fuente de conflictos y matanzas".
Una cita de Albert Camus, el gran defensor de la cultura mediterránea, sirve de arranque por el minucioso recorrido expositivo: "Es el único que se encuentra con todos los pensamientos orientales. No es clásico y ordenado, es difuso y turbulento. Lo mismo que el sol mediterráneo es el mismo para todos los hombres, el esfuerzo de la inteligencia humana debe de ser un patrimonio común y no fuente de conflictos y matanzas".
El primer
ámbito está dedicado a la Mitología y a los viajes que fundan el Mediterráneo.
En las amplias y dentadas cartelas que guían la muestra se puede leer que en el
principio de los tiempos, el cosmos era un enigma simbolizado por seres
amenazantes contra los cuales era imposible luchar. El Mediterráneo estaba
repleto de monstruos marinos y dioses furibundos que desencadenaban tormentas.
El mar era un lugar de perdición; sin embargo, la invitación al viaje resultaba
irresistible para muchos.
Los
desplazamientos por mar eran más sencillos y seguros que por una tierra
infestada de peligros aún mayores. Criaturas tan dañinas como el toro de
Maratón, el león de Nemea o el gigantesco jabalí de Erimanto recorrían las
tierras ribereñas. Y una cita de Platón: "Los que estamos entre las
columnas de Hércules y el río Fasis habitamos una pequeña porción de tierra,
viviendo en torno al mar como hormigas o ranas en torno a una charca". A
orillas del mar, la vida era agradable. Sin embargo, era el control de las
aguas, antes que el de la tierra cultivada, lo que señalaba el nivel de
desarrollo de una cultura. Estos viajes por el mar, los desplazamientos de las
culturas que vivían en su orilla dieron lugar a los relatos de los mitos
fundadores: de Ulises, Jasón y Heracles.
El segundo
ámbito trata de El Cosmos y los enigmas del mundo.Es un tiempo en el que se
cree que el Cosmos es la morada de los dioses y son los mitos los encargados de
narrar sus increíbles aventuras. La Esfinge era un ser híbrido entre la
seducción femenina y la fuerza de un león alado con garras y cola de serpiente.
Hacia el siglo VI, los habitantes de las costas jonias y de Grecia empiezan a
buscar cuáles son los elementos y raíces del mundo, de manera que los nuevos
héroes pasan a ser los filósofos y los historiadores.
El
nacimiento del ágora y de la ciudad dialogante, lleva al tercer ámbito de la
exposición: El espacio común. Aquí se nos recuerda que después de largos siglos
de monarquía y gobiernos oligárquicos, a partir de finales del siglo VII a. C.
se impuso en Atenas un régimen de tiranías respaldadas por las clases populares,
hastiadas de los abusos de la aristocracia y de los reyes-sacerdotes.
A raíz de la
fuerte crisis política y social que se produjo a finales del siglo VI a. C.,
una serie de reformadores, desde Solón hasta Pericles, realizaron profundos
cambios que culminaron en la instauración de la democracia. La igualdad ante la
ley, la equidad y la libertad de expresión fueron los principios fundamentales
de la democracia ateniense.
Por último,
se muestra el nacimiento de la Persona, una nueva concepción del ser humano
como individuo caracterizado por un cuerpo guerrero y alma de filósofo. Es en
estos últimos momentos cuando se produce la aparición del retrato como un puro
reflejo del alma y con una importancia definitiva en el devenir del arte.
La reflexión final lleva a preguntarse sobre las
similitudes entre aquel Mediterráneo y el actual. Las mezclas culturales de
entonces ) se han renovado, en opinión del comisario, pero la reflexión sobre
la región sigue siendo más necesaria que nunca.
Compagnie
maritime:
|
Croisières
de France
|
Bateau:
|
Horizon
|
Avis:
|
3.9
sur 5
|
Destination:
|
Mer
Méditerranée
|
Port de
départ:
|
Marseille,
France
|
Port
d'arrivée:
|
Marseille,
France
|
Durée du
voyage:
|
12 nuits
|
1 Date:
|
03/05/2015
|
Croisière
n°.:
|
258194
|
Services
inclus:
|
pension
complète
|
Excursión
ESTAMBUL COMPLETO
Esta excursión de dos dias ha sido
concebida para ofrecerles una experiencia única y conocer la ciudad de Estambul
visitándola de arriba abajo. Durante la excursión se visitarán las siguientes
maravillas de la ciudad. Parada en la plaza del antiguo hipódromo. La Mezquita
del Sultán Ahmet I, más conocida como la Mezquita Azul y conocida por su
armonía arquitectónica, por sus proporciones su elegancia y por ser la única
mezquita original en el mundo con seis minaretes.
El Museo de Santa Sofía, construido
originalmente como iglesia en el 360 d.C. bajo el Imperio de Constantino. El
Palacio Topkapi, un complejo rodeado por una muralla que surge a la orilla del
Bósforo y del Cuerno de Oro, un tempo residencial de los sultanes otomanos. La
Basílica- Cisterna de Justiniano, es la más grande y magnífica Cisterna
cubierta en Estambul.
Un viaje en barco por el Bósforo, en
el que tendrán la ocasión de disfrutar de las vistas únicas del Palacio
Dolmabache, el Palacio Beylerbeyi y algunas de las torres que aún permanecen de
Hisar Anadolu donde la ciudad de Estambul se conecta con el Mar Negro.
El mercado de las especies donde
verán productos coloridos y exóticos. El Gran Bazar, el más antiguo de la
ciudad, donde pueden pasear, hacer compras y asistir a una demostración de la
histórica creación de alfombras de seda Turca. Una comida Turca será también
parte del día entero en Estambul.
No se pierdan la oportunidad de
reservar este Tour a un precio especial que les dará la posibilidad de
disfrutar de dos días maravillosos en Estambul. Además en el segundo día no
tendrá que hacer ninguna espera, su autobús y el mismo guía les estarán
esperando a la salida del barco para continuar su experiencia, descubriendo
Estambul
Excursión
IZMIR, DE LOS TIEMPOS DE HOMERO A
NUESTROS DÍAS
Izmir es la tercera ciudad más
grande de Turquía, con una superficie habitada de más de 12 mil kilómetros
cuadrados y una población que supera los 3 millones de habitantes. Desde
siempre fue famosa por su puerto, uno de los más importantes para el comercio y
para la exportación de higos secos, pasas de Corinto y avellanas; la ciudad
parece a primera vista como sumamente moderna, pero justo entre los rascacielos
y los edificios de cemento aparecerán ante nuestros ojos, con toda su
grandiosidad, los restos del antiguo pasado.
Después de un recorrido panorámico de la
ciudad, visitaremos el Nuevo Museo Arqueológico de Izmir, etapa imperdible de
nuestro itinerario. Tres amplias salas, dedicadas respectivamente a las estatuas,
los objetos y las cerámicas, están dotadas de un moderno sistema de iluminación
que nos revelará, entre los numerosos y valiosos restos, un recorrido histórico
muy sugerente.
Después pasaremos por el paseo marítimo hasta
Karsiayka, una moderna zona que es el segundo barrio de la ciudad.
Tendremos entonces tiempo libre para
dedicarlo a compras en las típicas calles de la ciudad, antes de cruzar el
Golfo de Izmir con un barquito y llegar a Konak donde nos esperara nuestro
autobús para regresar al barco.
ROUTE
Fue Constantinopla, luego Bizancio y
después Estambul. Ha sido capital de varios imperios y sus calles están llenas
de historia y de rincones interesantes. Como resulta imposible verlo todo en
una visita, puestos a seleccionar, esta es una lista de edificios
imprescindibles que no puedes dejar de ver.
01 El capricho de Justiniano
SANTA SOFIA
Interior de
la mezquita de Santa Sofía, en Estambul. / François Place
Se puede
visitar Estambul sin pasar por el palacio de Topkapi, sin cruzar al barrio de
Pera o incluso sin pasearse por el Gran Bazar, pero nunca jamás sin haber visto
Santa Sofía. Es el top de nuestra lista de imprescindibles, una de las grandes
joyas arquitectónicas del mundo.
“Gloria a
Dios que me ha juzgado digno de semejante obra. ¡Salomón, te he vencido!”,
dicen que exclamó Justiniano el Grande al inaugurar en el 537 la basílica de
Santa Sofía (“Gran Sabiduría” según su nombre en griego).
El gran
emperador romano de Oriente quería a toda costa convertir a Bizancio en la
capital del imperio, por encima de Jerusalén, y con Santa Sofía lo consiguió.
La basílica
fue diseñada por arquitectos griegos y fue la mayor iglesia del mundo cristiano
hasta la llegada de los turcos, en 1453. Como era de esperar, el conquistador,
Mehmet II, la transformó en mezquita y sus sucesores añadieron las
instalaciones islámicas que faltaban: los cuatro minaretes, el púlpito de la oración,
el mihrab, la tribuna del sultán, los estrados para la lectura del Corán, las
inscripciones caligráficas o la fuente de las abluciones. En 1935, el
presidente turco Atatürk decidió convertir el templo en un museo y así ha
permanecido hasta ahora.
Al entrar
hay que levantar la vista para descubrir el magnífico mosaico del Pantócrator
sobre la puerta Imperial. Otra joya es la columna que llora, cubierta de cobre
y degastada en una zona donde hay un agujero. Dice la leyenda que, si se mete
el dedo en él y se saca húmedo, se curan todas las dolencias. También es
imprescindible detenerse a contemplar los mosaicos, como el de la Virgen y el
Niño, que todos recordaremos de nuestros libros de arte.
Un consejo para viajeros: enfrente de Santa Sofía están los Baños de la Señora Hurrem (Haseki Hürrem
Hamam), construidos en el siglo XVI por el gran arquitecto de la época, Sinán,
como el hamman de Santa Sofía. Fue un encargo de Solimán el Magnífico
para su esposa (Roxelana). También en los alrededores encontraremos una
magnífica cisterna bizantina iluminada con velas bajo una bóveda de ladrillo:
hoy es un restaurante realmente impresionante, Sarniç.
02 El tranquilo encanto de la
discreción
Interior de
la mezquita Küçük Aya Sofya, la pequeña Santa Sofía. / François PLace
Por fuera se
parece a Santa Sofía, en pequeño; por dentro esta discreta mezquita es toda una
sorpresa. Está apartada de las masas, como acurrucada entre los pliegues de un
barrio popular, a cuatro pasos de la vía del ferrocarril y de la orilla del mar
de Mármara. Igual que Santa Sofía, estaba originalmente decorada con mosaicos
dorados, que se perdieron, e impresionantes columnas de mármol verde y rojo que
sí se conservan. Nació como iglesia en el siglo VI (dedicada a San Sergio y San
Baco), pero fue convertida en mezquita en el siglo XV por obra y gracia de
Hüseyin Aga, el jefe de los eunucos blancos (su tumba está en el templo).
La cúpula es
una obra maestra de la arquitectura bizantina, pero lo realmente original es
que es la única mezquita en Estambul en la que se puede acceder a la galería
superior. No hay que desaprovechar la ocasión porque sólo así se aprecia la
armonía del conjunto y la calidad de la decoración. En el jardín, en la antigua
madraza (escuela coránica) de la mezquita, hay varios talleres de artesanos y
un pequeño café a la oriental.
Un consejo para viajeros: la calle frente a la iglesia está llena de talleres de artesanos; en el
número 66 hay que fijarse en el cartel que reza Kuçükayasofya Sanatçilar
Çarsisi, que acoge una tienda de caligrafía, un taller de encuadernación en
cuero (los dorados se hacen a mano) y una tienda que produce magníficos
trabajos de ebru (papel veteado) con motivos florales. Los artistas hacen
demostraciones en sus talleres.
03 La competencia de Santa Sofía
LA MEZQUITA AZUL
Interior de
la Mezquita Azul, en Estambul. / François Place
Todo el
mundo la conoce como la Mezquita Azul, pero su nombre real es Mezquita del
Sultán Ahmet Camii y es la gran competencia de Santa Sofía en el perfil de
Estambul. Parece ser que el sultán Ahmet (1603-1617) era un tipo envidioso que
quería a toda costa levantar un monumento que pudiera superar a Santa Sofía e
incluso a la Gran Mezquita de la Meca.
Para eso recurrió a uno de los discípulos del
célebre Sinan y construyó esta mezquita que lleva su nombre entre 1609 y 1616.
Para ser más que nadie, la diseñó con seis esbeltos minaretes, una excepción en
Estambul, donde las mezquitas nunca tienen más de cuatro. Para evitar el
sacrilegio, ofreció un séptimo minarete a la mezquita de la Meca. El honor
estaba a salvo.
Se entiende
mejor el nombre de mezquita azul cuando se entra en la sala de oración,
recubierta con miles de azulejos de Iznik de un color azul intenso. La luz que
entra a raudales por las ventanas se refleja en la superficie alicatada y baña
la gran sala con un halo casi fantasmagórico.
Un consejo para viajeros: el complejo de la mezquita comprende también edificios periféricos,
especialmente el Arasta Bazar, flanqueado por tiendas de souvenirs y de
alfombras, y del mausoleo de Ahmet I, rematado por una cúpula.
04 Gloria al gran Solimán
LA MEZQUITA DE SOLIMÁN (SULEYMANIYE
CAMII)
Silueta de
la mezquita de Soliman, en Estambul. / François Place
En la
silueta de la ciudad llama la atención otra mezquita, la de Solimán, que corona
una de las siete colinas que dominan el Cuerno de Oro. Fue encargada por el más
grande, rico y poderoso de los sultanes otomanos, Solimán el Magnífico
(1520-1566), y se convirtió en la cuarta mezquita imperial de Estambul. Aunque
no es la mezquita otomana de mayor tamaño, sí que es la más grandiosa, y ha
sido recientemente restaurada.
Fue
proyectada también por el famoso arquitecto de Solimán, Minar Sinan, que la
escogió entre todas sus obras para ser enterrado. Su tumba se encuentra al otro
lado del jardín cerrado, en la esquina norte. Por cierto, a unos metros de su
tumba, en la Fetva Yokusu, hay que subir a la terraza del Mimar Sinan Teras
Café para disfrutar del deslumbrante panorama del Cuerno de Oro y Beyoglü.
El interior
es a la vez abrumador por su tamaño y relajante por su simplicidad. La
decoración es mínima, con algunos azulejos de Iznik, unas impresionantes
vidrieras encargadas por Ibrahim el Borracho y cuatro gigantescas columnas, una
de Baalbek, otra de Alejandría y dos procedentes de palacios bizantinos de
Estambul.
Un consejo para viajeros: hay que darse una vuelta por el Külliye (complejo de la mezquita),
situado fuera del jardín vallado, que tenía una completa oferta de servicios
públicos, como un comedor de beneficencia, un hostal, un hospital, una madraza
(escuela coránica) y un hammam. Hoy el comedor de beneficencia y su
patio ajardinado están ocupados por el Darüzziyafe Restaurant, un sitio
delicioso para tomar una taza de té. Lale Bahçesi, situado en un patio cerca de
Darüzziyafe, es un popular punto de encuentro de universitarios que vienen aquí
a charlar, tomar çay (té) y disfrutar del narguile. La antigua madraza
alberga ahora una biblioteca y varios restaurantes sencillos que sirven fasulye
y pilav (judías y arroz).
05 El mejor cómic bizantino
SAN SALVADOR EN CHORA
En Estambul
hay muchos monumentos bizantinos pero pocos tan bellos como la iglesia de San
Salvador en Chora, muy cerca de las murallas de Teodosio, en el corazón del
barrio de Ayvansaray. Está bastante apartada y muchos visitantes la pasan por
alto, pero merece la pena. Fue construida a finales del siglo XI y durante los
siglos posteriores se restauró, reestructuró y se convirtió en mezquita.
Prácticamente toda la decoración que hoy vemos es de 1312.
Sus mosaicos
son excepcionales, especialmente los que podemos ver encima de la nave del
exonártex (el emperador Teodoro ofreciendo la iglesia a Cristo). También son
impresionantes los mosaicos que recrean la vida de Jesús y María, casi un cómic
pero al estilo bizantino, de una calidad artística excepcional: desde la Déesis
(Cristo en Majestad) hasta la imagen de Jesús y sus ancestros (la Genealogía de
Cristo). Para muchos, los mejores frescos son los del paraclesión (capilla
funeraria), que representan escenas del Antiguo Testamento y el famoso Cristo
en el limbo.
Un consejo para el viajero: al salir de la visita es muy recomendable probar el atípico menú otomano
del restaurante Asitane, situado en el sótano del Kariye Oteli, en la puerta de
al lado. También se puede tomar un sencillo peynirli tost (bocadillo
caliente de queso) y un té en el Kariye Pembe Kösk de la plaza que da al museo.
06 Un baño de historia
CAGALOGLY, ÇEMBERLITAS Y GEDIKPASA
Interior del
'hamman' Kadirga, en Estambul. / François Place
Ir a
Estambul y no probar los famosos baños turcos resulta casi imperdonable. El hamman
más bonito de la ciudad, y también el más visitado por los turistas, es el de Cagalogu (Yerebatan Caddesi, 34), de 1741, que tiene una gran zona de recepción (camerkan)
con cabinas privadas, donde uno puede echarse una siesta o tomar un té después
del baño. También tiene una agradable cafetería y una tienda que vende jabón de
aceite de oliva y otros accesorios para el hamman.
Hay quienes
prefieren ir al hamman de Çemberlitas, frente a la columna de
Constantino. Fue construido en 1584 por el mismísimo Sinan y también tiene una
espléndida camerkan en la zona masculina, y otra recientemente restaurada
en la femenina. La carta de tratamientos de baño y faciales es amplísima.
Un consejo para viajeros: para escaparse de los turistas, lo mejor es irse al hamman de Gedikpasa (Hamam Caddesi 65-67), otra opción de la época otomana, el más antiguo de
la ciudad ya que funciona desde 1475. Restaurado en 2009, por dentro no es tan
bonito como los dos anteriores, pero el precio es algo más económico y cuenta
con una pequeña piscina.
07 Laberinto de intrigas palaciegas
PALACIO DE TOPKAPI
Hay pocos
palacios en el mundo que guarden tantas historias (la mayoría truculentas) como
el de Topkapi. Por ejemplo, fue aquí donde vivió el sultán Selim el Borracho,
que murió ahogado después de beber demasiado champán, o Ibrahim el Loco, que
perdió la razón después de que su hermano Murat IV lo mantuviese 22 años
encerrado. Fue también residencia de muchos otros sultanes, sultanas,
concubinas, eunucos y cortesanos dignos de Las Mil y una Noches.
Este palacio
inmenso fue durante cuatro siglos (de finales del XV a mediados del XIX) el
epicentro del Imperio otomano, que se extendía desde Asia hasta África del
Norte y desde Europa central a Arabia. Este gigantesco conjunto de 70 hectáreas
se extiende sobre un promontorio que domina las aguas mezcladas del Cuerno de
Oro, el mar de Mármara y el Bósforo. Es una construcción única en su estilo,
una especie de puzle arquitectónico compuesto por varios patios, pabellones,
quioscos, dependencias y jardines. Durante siglos fue un mundo cerrado e
íntimo, en el que se movían cerca de 14.000 personas y donde se tomaron las
grandes decisiones que modelaron la historia de la actual Turquía. Una
auténtica ciudad dentro de la ciudad, en la que nos resultará fácil imaginar los
fastos de la corte imperial y sus intrigas.
Hoy es un
museo lleno de tesoros pero es complicado verlo todo. Lo que más llama la
atención son las cocinas imperiales, el Divan (la sala donde se sentaban
los miembros del Consejo Imperial) y el harén, tal vez lo más famoso del
palacio, debajo de la torre de la justicia. Se trata de una serie de patios
alrededor de los cuales se organizan apartamentos, baños, habitaciones,
mezquitas, dependencias e incluso un hospital para las mujeres. Los turistas
sólo visitan en realidad una pequeña parte de todo este complejo con más de 300
estancias, una auténtica cárcel dorada en la que se cocían miles de intrigas.
Un consejo para viajeros: para visitar Topkapi necesitaremos como mínimo tres horas, pero si
tenemos poco tiempo lo más recomendable es decantarse por el harén, el tesoro y
las salas que rodean el baldaquín Iftariye. Además de todo esto, están los
museos, formados por tres edificios distintos: el de Antiguo Oriente, el de la
Cerámica y el de Antigüedades. Si no hay tiempo para todos, el mejor es este
último.
08 La mezquita del piojo de la
suerte
MEZQUITA DE RUSTEM PASA
Si nos
adentramos por el concurrido barrio de Tahtakale, al oeste del bazar de las
especias, podremos encontrarnos con esta mezquita poco visitada que es una
auténtica joya. Hay que acceder por una escalera estrecha que lleva a un
pequeño patio interior que parece flotar por encima de las tiendas y los almacenes
adyacentes. El efecto sorpresa es total: una magnífica decoración encargada por
Rüstem Pasa, gran visir y yerno de Solimán el Magnífico, y diseñada por el
arquitecto Sinan en la década de 1560. La sala de oración está decorada con
paneles de azulejos de Iznik de la mejor calidad, en los que domina el azul y
el rojo con motivos florales.
A Rüstem
Pasa sus contemporáneos lo llamaron Kehle-i-Ikbal (piojo de la suerte)
porque, a pesar de que se descubrió que estaba infestado de piojos antes de
casarse con Mihrimah, la hija favorita de de Solimán, eso no impidió su
matrimonio ni su posterior fama y fortuna. Se le recuerda especialmente por
conspirar con Roxelana, esposa de Solimán, para poner a este en contra de su
hijo favorito, Mustafá. Consiguieron sus propósitos y Mustafá fue ejecutado por
orden de su padre.
Un consejo para viajeros: es fácil pasar por alto el templo, pues no está al nivel de la calle.
Para encontrar la entrada hay que buscar las escaleras que parten de
Harsircillar Cadessi, o a la izquierda del edificio de abluciones de la
bocacalle.
09 Barroco para los últimos sultanes
PALACIO DE DOLMABAHÇE
Interior del
palacio de Dolmabahçé, Estambul. / François Place
Dolmabahçé
fue la floritura final de la dinastía otomana, un fin de fiesta a lo grande que
tiene más en común con la Ópera de París que con el Palacio de Topkapi. En el
siglo XIX, los sultanes otomanos quisieron mostrar al mundo que el imperio no
estaba muerto y para ello abandonaron el viejo palacio de Topkapi y decidieron
erigir uno nuevo, Dolmabahçe, a orillas del Bósforo, en el estilo
arquitectónico de moda en la época, el neobarroco. El resultado fue
deslumbrante... pero era demasiado tarde. Solo seis sultanes residieron en este
palacio hasta que el Imperio otomano exhaló su último suspiro en 1922.
Dolmabahçe
es una residencia imperial realmente impresionante con una elegante fachada que
se despliega a orillas del Bósforo sobre un terreno ganado al mar. Su interior
contiene 285 habitaciones, distribuidas en dos alas: la selamlik
(dependencias oficiales imperiales) y el haremlik (estancias privadas).
Un consejo para viajeros: la visita del palacio puede hacerse (a paso ligero) en una hora y media,
pero si sólo tenemos tiempo para una parte hay que elegir el selamik,
con sus suntuosos salones de recepción y ceremonias, y sobre todo, la
impresionante sala del Trono. Después de la visita, vale la pena dar un buen
paseo por los jardines para ver el palacio de Cristal, propio de un cuento de
hadas, con las ventanas grabadas al aguafuerte y un magnífico jardín de
invierno.
10 El salto a Asia
EL PALACIO DE BEYLERBEY
Puerta del
palacio de Beylerbey, en Estambul. / François PLace
En sólo
quince minutos podemos pasar de Europa a Asia. Es el tiempo que dura la
travesía en vapor desde Eminönou a Üskudar, pero es un salto enorme: el
ambiente en la orilla asiática deja de ser turístico y se hace también mucho
más tradicional aunque, paradójicamente, en Uskudar está la futurista Sakirin
Camii, la única mezquita del mundo diseñada por una mujer.
A un tiro de
piedra de Üsküdar está el palacio de Beylerbey, una belleza arquitectónica
mucho menos concurrida que los palacios barrocos de la otra orilla, Dolmabahçe
y Çiragan, pero también representativo del final del fastuoso reinado de los
sultanes. Fue acabado en 1865 y sólo tiene 26 estancias, una choza en
comparación con las 285 de Dolmabahçé. Los platos fuertes de la visita son: uno
de los salones de la planta baja, presidido por un estanque de mármol con una
fuente rococó, y el Salón Azul del primer piso, también sorprendente, con sus
pilares de color azul y oro y sus capiteles ricamente decorados. Beylerbey fue
utilizado como palacio de verano y como residencia para invitados importantes,
como la emperatriz Eugenia o el Sha de Irán.
Un consejo
para viajeros: ya que estamos en Beylerbey, sería
un pecado irnos de la orilla asiática sin haber callejeado por Kuzguncuk, un
barrio de moda en el que apenas encontraremos turistas. Escondido a orillas del
Bósforo, tiene un aire cosmopolita y bohemio, con mansiones restauradas y
pequeños cafés de ambiente relajado a los que van los estambulitas los domingos
a tomar un brunch.
Jour
|
Escale
|
Arrivée
|
Départ
|
Informations
|
1
|
Marseille, France
Embarquement
|
17:00
|
Marseille, France
|
|
2
|
En mer
|
|||
3
|
Messine (Sicile), Italie
|
07:00
|
15:00
|
Messine (Sicile), Italie
|
4
|
Katakolon/Olympie, Grèce
|
11:00
|
17:00
|
Katakolon/Olympie, Grèce
|
5
|
Le Pirée/Athènes, Grèce
|
10:00
|
18:00
|
Le Pirée/Athènes, Grèce
|
6
|
Izmir, Turquie
|
08:30
|
15:30
|
Izmir, Turquie
|
7
|
Istanbul, Turquie
|
11:00
|
Istanbul, Turquie
|
|
8
|
Istanbul, Turquie
|
13:00
|
Istanbul, Turquie
|
|
9
|
Myconos [Mykonos], Grèce
|
09:00
|
16:00
|
Myconos [Mykonos], Grèce
|
⋮
|
||||
10
|
En mer
|
|||
11
|
Naples, Italie
|
11:00
|
19:00
|
Naples, Italie
|
12
|
Ajaccio, Corse
|
14:00
|
19:00
|
Ajaccio, Corse
|
13
|
Marseille, France
Débarquement
|
09:00
|
Marseille, France
|
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